martes, 9 de octubre de 2007

Imperio de David Lynch


Lynch es un director de los no convencionales aunque con un público numeroso que espera cada una de sus películas con ansias. La nota en la revista Ñ anticipando Imperio unas semanas antes de su estreno en el país hizo crecer aún más las expectativas de ver otra de las buenas películas que el director ofrece.
Debo confesar que no vi todas ni mucho menos pero eso no me quita derecho de expresar mi aborrecimiento a la película. Desconfío de toda película a la cual no se puede descifrar un hilo conductor luego de tres horas de duración. Además, sus escenas de terror categoría Z dejan bastante que desear.
Lo que más me disgustó de la película es la pretensión (muy actual) de "molestar" al observador. La obstinación por no tender puentes de entendimiento entre el director y el espectador sino, por el contrario, agredirlo constantemente con el objetivo de verificar hasta dónde llega el que está mirando.
Me pone de los pelos la idea de romper con el sistema y con los moldes por la ruptura misma sin ningún objetivo que sustente la idea. Me pone de los pelos ya que asi sólo se alimenta al mismo sistema. Tal como plantea Zizek : "Hoy en día, cada vez más, el aparato cultural económico mismo, para reproducirse en las condiciones de competitividad del mercado, no sólo precisa tolerar, sino directamente incitar efectos y productos de choque cada vez más fuertes. Baste recordar recientes tendencias en las artes visuales: ya pasaron los días en los que teníamos sencillas estatuas o cuadros enmarcados lo que tenemos ahora son exposiciones de marcos mismos sin pinturas, exposiciones de vacas muertas y sus excrementos, videos del interior del cuerpo humano (gastroscopías y colonoscopías), inclusión de olores en la exposición, etc. Nuevamente aquí , como en el dominio de la sexualidad, la perversión ya no es subversiva: los excesos chocantes son parte del sistema mismo, el sistema se alimenta de ellos para reproducirse a sí mismo. Así que si los primeros films de Lynch también habrían caído en esa trampa" . Agregaría que esta película tampoco pudo escapar a esta conceptualización.

4 comentarios:

Chino con rulos dijo...

No vi la peli, por lo que no opinaré sobre ella. Pero sí me parece fantástico el análisis de Zizek (bah, Zizek me parece fantástico). Creo que es una obviedad demasiado olvidada: la dominación tiene mil caras, por eso mismo la resistencia debe tener otras tantas. Ningún acto es subversivo por sí mismo. Las drogas han sido símbolo de resistencia en los 60' y quizá hoy también lo sean, en ciertas circunstancias. Pero el paco en las villas es la más cruda y cruel de las opresiones, y como tal, hay que combatirla. Ojo al piojo, "la franela no es como la gamuza". Resistamos con inteligencia.

Anónimo dijo...

Seguramente como te crees un intelectual del carajo, te sentiste terriblemente frustrado y abatido por no haber entendido una pelicula de un norteaméricano. Para que te frustres más aún,la pelicula se entiende. exige un esfuerzo, claro.
Lo interesante de tu blog es que no paro de confirmar que a la hora del arte los zurdos siempre hablaron al pedo, no soportan al individuo...."contarle algo al expectador" exigen, comno si fueran panfletos...cuando uno está ante un cuadro o una canción puede sentir cosas sin que sean traducibles, o comprensibles en palabras.
Eso de sentir, pensando tanto es difícil.
inland empire se entiende jajaj, pero tenés que abrir otras antenitas. La verdad Poco serio lo suyo.-

Julián dijo...

Marto, gracias por tu comentario.
La verdad que no me siento un intelectual y menos zurdo, de hecho las hamburguesas de McDonals son mis favoritas. El problema no es que no se entiende, el problema desde mi mirada (que evidentemente no comprendés) es que siento que partiendo desde el formato de la película hay un intento deliberado por molestar al espectador sin una intención o quizás yo no la entienda. Pero seguramente vos, que sentís, lo comprendes mejor.
Saludos

mat dijo...

Ayer vi la película. No entendí nada de nada, estuve por apagarla varias veces y me molestó terriblemente. Sin embargo, por alguna razón, estoy como fascinado. Y no se porqué. Hoy la voy a ver de nuevo. Muy acertado lo de Zizek. Y aún así, elijo verla de nuevo. Seré tonto?